Traducido por viva
En el primer caso, una mujer en West Palm Beah que esta activa en el rescate de perros fue visitada en su casa por un agente del FBI. Le dijeron que los activistas anti-vivisección están “cruzando la línea”, convirtiéndose en “peligrosos” y que “harán daño a alguien.” El agente le dijo: “Usted tiene un acceso que yo no tengo.” Se le dijo que iba a ser “Recompensada” por cualquier información que proporcionara, el agente también le ofreció llevarla a almorzar. Ella le dijo al agente que no estaba interesada. Antes de salir, el agente le advirtió que no se asocie con los activistas por los derechos de los animales.
A principios de abril, un activista que hace diseños de paginas Web para ganarse la vida fue contactado por una “entrenadora física” en busca de ayuda para crear un sitio Web. El activista se reunió con la mujer del café y hablaron durante una hora sobre el proyecto. La “entrenadora” complementa su historia con fotos de su trabajo, etc. Durante una segunda reunión, de la nada, la mujer menciono que su novio era amigo de alguien que trabajaba para el FBI, y que el FBI pagaría “muy bien” por obtener información sobre activistas por los derechos de los animales locales. Ella afirmo estar preocupada de que los activistas “podrían ponerse violentos.” El activista puso fin rápidamente a la conversación.
Es importante crear conciencia cuando el FBI comienza a dar vueltas. La mejor defensa es siempre el silencio, y las historias de este tipo deben proporcionar un mensaje a los activistas para recordar por que nunca se puede hablar con la policía. Si no lo ha hecho, por favor lea en caso de que llame a la puerta un agente.
Si usted a sido visitado por el FBI, por favor llame a la línea directa de Green Scare: 888-NLG-ECOLAW.
-Peter Young
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