En las últimas noches limpiamos las calles de carteles publicitarios de un circo que está llegando a Milán. Ésta es una buena manera de molestar a los torturadores del circo: el costo de los carteles de plástico es de hasta €10 cada uno, quitarlo y arrojarlo a la basura es fácil!
Debe hacerse con cierta cautela, ya que la violencia de esta gente es bien conocida: no es raro que los que se manifiestan contra el circo sufran ataques violentos, se pueden imaginar lo que pasaría si nos ven tomar algo lejos de ellos… En cualquier caso, en cuestión de minutos se quitaron y se llevaron varias docenas que el circo en cuestión tendrá que reimprimir, y que esperamos también desaparecerá."
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